Devlab #37 II
Boy se desplomó sobre su litera con los brazos estirados. El traslado habÃa sido agotador, y desde el momento que llegaron, no les dieron tiempo más que para dejar el equipaje, e inmediatamente tuvieron que hacer la primera visita al complejo, el primer reconocimiento del entorno y la primera explicación de las normativas de procedimiento del Devlab #37. Eso habÃa sido hacÃa ya seis horas… y conociendo el modus operandi MS, se imaginaba que a lo largo de las primeras semanas allà se encargarÃan de repetirlo varias veces.
– ¡Buf! Sólo me apetece dormir el resto del dÃa.
Boy giró la cabeza sin moverse de su posición. HabÃa hablado Falke-12, “Conde”, uno de sus compañeros, tumbado bocarriba en la cama superior de la litera contigua. Los cuarteles de tropas del ala norte del Outpost (asà se llamaba el complejo del Devlab #37) -que les habÃan asignado al escuadrón de comandos especiales Falke- tenÃan habitaciones de dos literas triples. Tuvo suerte en el reparto ya que tenÃa bastante confianza con tres de los compañeros -Conde, Seipher, y BlackWidow, una de las tres mujeres del escuadrón Falke-. Los otros dos eran Mav69 y Vendetta (ambos varones también). Pero en aquel momento, sólo estaban Conde, Seipher y Boy en la habitación; el resto habÃa bajado a las duchas.
– No seamos vagos -habló Seipher, sentado en el borde la cama intermedia de la litera de Boy, mientras sus piernas colgaban al lado de éste último -, esta tarde tenemos permiso y deberÃamos ir luego a Dusk. Aún no hemos visto la ciudad, y me han comentado que es algo digno de ver.
Boy se revolvió en la cama, y tomó una postura algo mejor para hablar, asomando la cabeza por el borde de la litera. Seipher le miraba desde arriba, mientras Boy le decÃa:
– Uh… ¿Cómo ha sido la reacción en Dusk frente a la presencia MS? Si nos van a mirar mal y van a surgir problemas, prefiero dejarlo para mañana.
Conde se incorporó lentamente e intervino en la conversación:
– Según he oÃdo, en Dusk el Sindicato levanta bastante la mano. Es una ciudad bastante bonita, y no está mal visto el que haya patrullas MS por las calles. La verdad es que ahora que lo dices, tengo ganas de verlo.
– Es algo bastante curioso -dijo Seipher-. En Dusk aceptan mayormente al MacroSindicato, y en general están contentos. Sin embargo, hay otro subdominio en Tudeka, al parecer, donde hay una gran mina con presos trabajando allÃ, y es todo un contraste de ambiente.
Conde puso una expresión de desagrado, diciendo:
– ¿Una mina, tÃo? ¿Presos? ¿Y a nosotros qué nos importa? Déjate de rollos raros, ¿Vámonos a Dusk con las “ninias” y peguémonos un poco de juerga! ¿Nos lo merecemos o no?
– SÃ, supongo que sà -respondió Boy sonriendo-. Esperamos a éstos y nos vamos, ¿Va?
Los tres se pusieron de pie quejándose de manera exagerada y riendo finalmente por el panorama que ofrecÃan “los tres soldados del reúma”. Comenzaron a poner un poco en orden sus cosas para vestirse de calle y salir rumbo a Dusk.
Hasta ahora, el Devlab, y Tudeka, habÃa resultado ser un lugar mucho más acogedor de lo que esperaba, pero seguÃa habiendo algo, quizá sólo algún pequeño detalle que Boy era incapaz de enfocar claramente… quizá un dato procesado inconscientemente que le seguÃa preocupando.